Comida saludable
Alimentos esenciales para una dieta equilibrada en personas mayores (especial verano)
Mantener una adecuada higiene personal es fundamental en cualquier etapa de la vida, pero adquiere una relevancia aún mayor en la tercera edad. A medida que se envejece, la piel se vuelve más delicada, el sistema inmunológico se debilita y la capacidad de regular la temperatura corporal disminuye. En los meses de verano, cuando el calor, la humedad y el sudor aumentan, es especialmente importante prestar atención a los hábitos de higiene en las personas mayores.
Una buena higiene no solo previene enfermedades y mejora el bienestar físico, sino que también refuerza la autoestima, la dignidad y la calidad de vida. En este artículo exploramos por qué es esencial cuidar la higiene personal en personas mayores durante el verano y cómo hacerlo de forma segura y respetuosa.
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Principales aspectos de la higiene personal en personas mayores
1. Baño y aseo diario
Durante el verano es recomendable realizar el aseo personal una vez al día, preferiblemente a primera hora de la mañana o al atardecer, cuando las temperaturas son más suaves. El baño completo no siempre es necesario; en muchos casos es suficiente con una higiene parcial en las zonas más sensibles, como axilas, genitales, pies, cuello y espalda.
Se recomienda el uso de jabones suaves, neutros y con propiedades hidratantes para evitar la sequedad de la piel. También es importante secar bien todas las zonas, especialmente los pliegues, para evitar la aparición de hongos.
2. Cuidado de la piel
La piel de las personas mayores tiende a ser más fina, seca y propensa a irritaciones. Por eso, además de una limpieza adecuada, es fundamental aplicar cremas hidratantes después del baño y proteger la piel del sol con filtros solares si se va a salir al exterior.
También conviene revisar regularmente la piel para detectar rojeces, heridas o señales de presión, sobre todo en personas encamadas o con poca movilidad.
3. Higiene bucal
El cuidado de la boca es otro aspecto esencial. Una mala higiene bucal puede provocar infecciones, pérdida de apetito o dificultades para hablar. Es importante cepillar los dientes (o prótesis dentales) al menos dos veces al día y hacer enjuagues si se requiere, especialmente tras las comidas.
En personas con dependencia, este momento debe hacerse con delicadeza y paciencia, asegurando que se eliminan los restos de alimentos y que la persona se sienta cómoda.
4. Cambio de ropa y ropa de cama
La ropa debe ser ligera, transpirable, de tejidos naturales y cambiarse con frecuencia, especialmente si ha habido sudoración o pérdidas de orina. Lo mismo ocurre con la ropa de cama: mantenerla limpia, seca y ventilada evita la aparición de bacterias y ayuda a conciliar mejor el sueño.
Es importante observar si la persona mayor puede cambiarse por sí misma o si necesita ayuda para hacerlo de forma digna y sin riesgo de caídas.
5. Cuidado de uñas, cabello y pies
Cortar las uñas con regularidad, mantener el cabello limpio y peinado, y revisar el estado de los pies —zona especialmente delicada en verano— contribuye no solo a la higiene, sino también al confort y al bienestar emocional.
Los pies deben mantenerse limpios y secos, usando calzado cómodo, transpirable y adecuado al calor. También es recomendable revisar posibles heridas, durezas o señales de presión, sobre todo en personas con diabetes.

El papel de los cuidadores y la asistencia domiciliaria
En muchos casos, las personas mayores no pueden mantener su higiene personal de forma autónoma. Bien por motivos físicos, cognitivos o por la falta de apoyo familiar, es habitual que necesiten ayuda para el aseo diario. Aquí es donde cobra especial valor el acompañamiento de un cuidador profesional, que pueda ofrecer asistencia con cercanía, respeto y conocimiento.
Contar con una persona de confianza que ayude en la higiene diaria no solo garantiza una correcta rutina de cuidado, sino que también aporta compañía, seguridad y tranquilidad tanto a la persona mayor como a su familia.
Higiene y autoestima: el cuidado que también fortalece el ánimo
La higiene personal en la vejez también tiene un fuerte componente emocional. Sentirse limpio, aseado y bien cuidado no solo es una cuestión física, sino que influye directamente en la autoestima y el estado de ánimo. Muchas personas mayores experimentan sentimientos de vulnerabilidad, pérdida de control o dependencia a medida que envejecen. En este contexto, mantener una rutina de higiene adaptada y respetuosa puede ayudar a preservar su sentido de identidad, dignidad y normalidad. Sentirse bien con uno mismo, verse presentable o simplemente disfrutar del alivio que proporciona una ducha en verano puede convertirse en una fuente de bienestar emocional diario. Este tipo de cuidado no debe subestimarse: cuando se respeta la intimidad y se promueve la autonomía en todo lo posible, se fortalece también el vínculo entre la persona mayor y su entorno de cuidado.

La higiene es salud, pero también dignidad. En verano, cuidar estos aspectos con atención y delicadeza puede marcar una gran diferencia en la vida de las personas mayores. Una piel limpia, una ropa fresca, una boca cuidada o un baño reparador son pequeñas acciones que mejoran su bienestar físico y emocional.
En Attento Bienestar, sabemos lo importante que es acompañar a las personas mayores con sensibilidad y profesionalidad. Nuestros servicios de ayuda a domicilio están diseñados para facilitar el día a día, promover la autonomía y asegurar que cada persona reciba el cuidado que necesita, también en los aspectos más íntimos como la higiene personal.
Si necesitas apoyo este verano para cuidar de un familiar mayor, ponte en contacto con nosotros. Estaremos encantados de ayudarte.