Guía práctica

Cómo cuidar a las personas mayores en verano frente a las olas de calor

Las altas temperaturas no afectan a todas las personas por igual, y los mayores forman uno de los grupos más vulnerables ante las olas de calor. Durante los meses estivales, es esencial extremar las precauciones y adoptar una serie de medidas para proteger su salud y bienestar. Desde Attento, te damos las claves para cuidar de nuestros mayores durante el verano con seguridad, responsabilidad y mucho cariño.

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¿Por qué las personas mayores son más vulnerables al calor?

El envejecimiento conlleva una serie de cambios fisiológicos que afectan a la capacidad del cuerpo para regular su temperatura. Las personas mayores sudan menos, tienen una menor sensación de sed y pueden presentar enfermedades crónicas o estar tomando medicamentos que alteran la termorregulación. Todo esto hace que el riesgo de deshidratación, golpes de calor e incluso complicaciones graves aumente considerablemente.

Por eso, en época estival, la prevención es la mejor aliada. Cuidar a nuestros mayores frente al calor no solo mejora su calidad de vida, sino que también puede salvar vidas.

1. Hidratación constante y controlada

El primer paso fundamental es garantizar una buena hidratación. Aunque no sientan sed, es importante que beban agua con frecuencia. No se trata de grandes cantidades de golpe, sino de pequeñas tomas a lo largo del día: un vaso cada hora o cada dos horas, incluso sin sensación de sed.

Además del agua, también pueden hidratarse con:

  • Infusiones frías o ligeramente templadas

  • Caldos suaves

  • Frutas con alto contenido en agua (como sandía, melón, naranja o pera)

  • Gelatinas o polos caseros sin azúcar

Evitar bebidas alcohólicas, refrescos con cafeína o muy azucarados es clave, ya que favorecen la deshidratación.

2. Alimentación ligera y equilibrada

Durante los días de calor, conviene optar por una alimentación más fresca, digestiva y rica en nutrientes. Se recomiendan platos fríos como ensaladas, cremas de verduras, gazpachos, tortillas o pescados a la plancha. Incorporar frutas y verduras de temporada, así como evitar comidas muy pesadas o con exceso de sal, ayudará al cuerpo a no sobrecargarse.

Además, conviene mantener los horarios de comida habituales y vigilar que estén comiendo adecuadamente, ya que el calor puede disminuir el apetito.

3. Ropa adecuada y protección solar

La elección de la ropa también influye en cómo toleran el calor. Es recomendable que los mayores vistan ropa ligera, holgada y de colores claros, preferiblemente de algodón o lino. También es importante que usen un sombrero o gorra si van a salir al exterior y gafas de sol homologadas.

La protección solar es imprescindible, incluso si van a estar poco tiempo al sol o solo en espacios con sombra. La piel envejecida es más frágil y necesita una crema con factor de protección alto (SPF 50), reaplicada cada 2 horas si hay exposición directa.

4. Control de la temperatura del hogar

Es fundamental mantener una temperatura adecuada en casa. Lo ideal es que el hogar se mantenga entre los 23 y 26 °C, ventilando en las primeras horas del día y utilizando persianas o cortinas para reducir la entrada directa del sol.

En los días más calurosos, se pueden utilizar ventiladores o aire acondicionado, siempre con precaución de no generar cambios bruscos de temperatura. También es útil mojarse la nuca o las muñecas con agua fresca o utilizar toallas húmedas.

5. Evitar las salidas en horas de más calor

Las salidas al exterior deben evitarse entre las 12:00h y las 18:00h, el tramo más crítico del día. Si es necesario salir, lo mejor es hacerlo a primera hora de la mañana o al caer la tarde, siempre en lugares frescos o con sombra.

También es importante no realizar esfuerzos físicos innecesarios en esas franjas horarias. Las tareas del hogar más exigentes o los paseos deben programarse en las horas más frescas del día.

6. Medicación y revisiones médicas

Muchas personas mayores toman medicación diaria, y algunas de ellas pueden aumentar el riesgo de deshidratación o sufrir efectos adversos con el calor. Es fundamental:

  • Revisar con el médico de cabecera si hay alguna recomendación específica durante el verano.

  • No alterar las dosis por cuenta propia.

  • Guardar los medicamentos en lugares frescos y secos.

Además, es recomendable prestar atención a cualquier cambio de comportamiento, debilidad, somnolencia o confusión repentina, ya que pueden ser signos de alerta ante un golpe de calor.

7. Acompañamiento y vigilancia

En verano, muchos mayores se sienten más solos porque familiares o vecinos se van de vacaciones. Es fundamental que no pierdan el contacto diario con alguien de confianza. Las llamadas, visitas regulares o contar con una persona de asistencia domiciliaria, como las que ofrecemos en Attento, pueden marcar la diferencia.

Además, tener un plan de emergencia o saber a quién llamar en caso de síntomas como fiebre alta, mareos, debilidad extrema o dificultad para respirar puede salvar vidas.

El verano es una época para disfrutar, pero también para cuidar. Si tienes cerca a una persona mayor —ya sea un familiar, vecino o paciente—, asegúrate de que está bien hidratada, alimentada, protegida del calor y acompañada.

Desde Attento, trabajamos cada día para que las personas mayores vivan con la máxima calidad de vida, también en verano. Nuestro equipo de auxiliares de ayuda a domicilio está preparado para ofrecer cuidados personalizados, cercanos y profesionales.

¿Tienes dudas sobre cómo ayudar a tus mayores este verano? Ponte en contacto con nosotros. Estaremos encantados de ayudarte.

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